domingo, 6 de enero de 2019

LA LECCIÓN
Era de niño
aprender la lección
desprolija de números,
de vocales
abiertas y cerradas
al enojo.
(No es deber delirarse
cuando el trueno da miedo
y las sombras se mueven
y la cortina también).
Las víboras de luz,
en el agua rota
de este mar que es el cielo.
La mano sucia en el cuaderno
blanco,
los bordes desparejos de las hojas
y el relámpago en trueno por las nubes.
Yo no borré papá.
Yo no volqué tu vino,
ni me quedé mirando como un tonto.
Era de niño
aprender la lección.
Saber las tablas
del techo y la pared.
Saber las letras
en la misma etiqueta de ese vino
que bebías de a poco
al mediodía.
Yo no sabía leer.
Yo jugaba escondidas con las letras
y el poema asomaba,
estaba lejos.
El renglón subyugado
por mi goma
de borrarme estos miedos
surrealistas.
Las víboras de luz,
el trueno en trueno
y el barco de papel que no me hiciste,
porque afuera llovía,
porque andaban los sapos
y el viejo de la bolsa sin su bolsa.
Era de niño
aprender la lección,
mirar los mapas.
Yo no miré esos mapas
ni aprendí la lección.
Sigo debiendo
la tarea a la noche,
Las víboras de luz rasgan el aire.
El aire oscuro
en la lengua más viva de los vientos.
Dos por tres la memoria,
la tiza que no es blanca,
moler maíz de tarde,
mientras llueve la noche.
Y el cuaderno se me abre desprolijo
como si hubiera bosque en el lenguaje,
como si niño andara en el poema.
Descalzo,
trazando con compás
círculos rotos.
Tiende madre el mantel para la cena.
Las víboras de luz
reflejan en la sopa de verduras.
Yo no lo sé mamá.
Yo sabía de un norte que era un sur,
que fue siempre mi norte.
Era de niño
aprender la lección.
Quedarse quieto
frente al plato que humeaba
en su mar de relámpagos
hasta que un rayo duela en la ventana.
Yo no lo sé mamá...
Solo estoy en el círculo inconcluso.
No aprendí la lección
y soy maestro.-
José l. Frasinetti

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